Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado
y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz.
La flor piensa:
"Es como una flor".
(Historias de Cronopios y Famas - Julio Córtazar)
Me acuerdo de cuando era pequeño. Le pedía regalos a mi mamá para mi cumpleaños,con la simple esperanza de un auto o una pelota. Ahora, como cada año, mi mamá me preguntó qué regalo quería para mi cumpleaños. Sin más vueltas le pedí el dinero.