12.19.2007

Más vale tarde que nunca (( ¿? ))


Esperaba una llamada. La llamada tardó unos meses, pero llegó; quizá lo bastante tarde como para ser rechazada con el mismo entusiasmo con el que se esperó los primeros 3 días.

12.05.2007

Quizá Volvería Al Colegio, Pero SIN Uniforme.


Es un poco gracioso, no llevaba ni dos semanas de haber salido del colegio y ya no recordaba qué se sentía andar con uniforme bajo el sol de diciembre. No recordaba como detestaba esas repentinas brisas que hacían que la falda tableada se elevara, tampoco recordaba cómo era caminar hacia el colegio disfrazada de zapatos, falda, blusa y corbata ((¡no me acordaba la desmedida forma en que esa corbata asfixiaba!)).
Tuve que recordarlo -al fotógrafo se le perdieron las fotos y tuvimos que vestirnos de colegio para tomarlas otra vez-, no sé si dar gracias a la estúpidez del fotógrafo o al viento que me levantó la falda cuando iba. Pero, lo importante es que agradezco de haber podido recordar lo que sentía al andar con la faldita tableadita, porque ahora estoy segura de que no lo quiero repetir nunca más en mi vida.-

11.01.2007

Intereses Cambiantes

Me acuerdo de cuando era pequeño. Le pedía regalos a mi mamá para mi cumpleaños, con la simple esperanza de un auto o una pelota.
Ahora, como cada año, mi mamá me preguntó qué regalo quería para mi cumpleaños. Sin más vueltas le pedí el dinero.

10.30.2007

Coloreando El Primate

Quizá a veces
pintar el mono,
rallar la papa,
peinar la muñeca,
hacer el loco
y demases
está permitido...
El presunto problema
es ubicarse un poco:
no pintar mucho el mono,
ni rallar la papa,
ni peinar la muñeca,
ni hacer el loco
en todo lugar u hora.
Mas, qué sentido tendría
hacerlo en lugares
y situaciones
dispuestas a ello.
Ninguno.
Continúo:
pinto el mono,
rallo la papa,
peino la muñeca,
y hago el loco
cuando quiera,
como sea,
donde sea.

10.24.2007

Se Me Arrancan Los Momentos

Ahora no hay nada. También hay todo
¿Cúal se escoge?
Escoge y luego no te arrepientas que
los momentos se te van a arrancar y los vas a desear de vuelta.
No podrás porque ya se te habrán arrancado.
Elige bien, aunque sin pensar demasiado;
no te quedes esperando una señal,
no la hay.
Si la hay y no la sabrás reconocer,
yo me reiré.
Querrás de nuevo la señal y ya se te habrá arrancado
como cada momento.

10.18.2007

Misteriosa De La Micro

Por la cresta que hacía calor ese día.
Alguien se subió a la micro, no importaba quien. Otro alguien subía y otro y otro y otro... Todos iguales, sin nada especial.
En ese tiempo las micros eran amarillas y la 204 tenía letrero morado.
Subió alguien, alguien importante -pero que sólo yo sé que es importante, porque soy el narrador-. Era una muchacha con morral y polera con una W. Él y su compañero iban sentados atrás, sin embargo fue ella quien se sentó al final de la micro, lo suficientemente cerca como para más tarde decir.. 'Te escuché escuchar', era un buen tema. Ellos cantaban adelante y ella tarareaba, como sin quererlo, mientras miraba por la ventanilla.
Como en ese momento no importaba, cuando la chica subió y avanzó hacia el final, sólo se miraron sin preocupaciones y siguieron sus respectivos caminos. Siguieron sin dar cuenta de la chispa que salió de aquella mirada, emanada como cuando dos personas se logran reconocer entre la multitud, la chispa que decía que se volverían a ver. Pero que ninguno entendió, él pensaba quién sería la loca misteriosa de la micro.
Hoy, también, por la cresta que hizo calor.
Quién iba a pensar que subirían juntos a la micro.
Quién iba a pensar que reirían al unísono.
Quién iba a pensar que caminarían al mismo paso.
Quién iba a pensar, si sólo era la loca misteriosa de la micro.



  • Un día dijiste que nunca te había escrito nada y yo te dije que algún día te escribiría algo. Bueno, esto es pa tí Rengo. Que sea el comienzo de una montonera de recuerdos de momentos, de lugares, de vida y amistad juntos.
No quería estar encerrado. Salió a caminar.

10.17.2007

Ilusa

Recorrí cada uno de los lugares que solíamos visitar.
Cada rincón, cada banquito, cada vereda, cada esquina,
cada plaza, cada árbol, cada calle.
Así como esperándote. Con la ilusa idea de que quizás
tú también visitarías aquellos lugares hoy.
Así como buscándote. Con la esperanza cayendo entre
mis dedos como agua.
Los recorrí y, sinceramente, ya no los veo igual. Ya de
asombroso no tienen nada., es que es muy distinto
caminar sola que a tu lado. Claramente, quisiera volver
una y otra vez a cualquier lugar (siempre encontraría algo nuevo)
contigo, y te buscaba y te buscaba y te buscaba y te buscaba
y te esperaba y te esperaba y te esperaba y te esperaba.
Hasta que tuve que decir ' me fumo el último cigarro y vuelvo
a mi casa'.
Así fué, se extinguió el cilindro nicotinoso, suspiré, miré al cielo,
dí la última mirada (por si aparecías de improviso), suspiré,
miré el suelo y caminé de vuelta a casa.

10.09.2007

Pero No Sola

Simplemente quería caminar, saltar, llorar, reír,
cantar, leer, escribir, mirar, observar, dormir,
despertar, jugar, comer, correr, soñar, dibujar.
Todo lo que las personas hacen y no hacen. Todo,
pero no sola. Pero no sola. Pero no sola. Pero no sola.
Quería todo tipo de simplezas. Pero no sola, junto a tí.

10.05.2007

XCVIII

Yo quería cien cosas...
Ahora sólo quiero 98..
Porque tengo una Guitarra
y un Poema.

10.03.2007

Me duele la cabeza.
Me duele la cabeza.
La cabeza me duele.
La cabeza me duele.

10.02.2007

Déjame Adivinar


Nora caminaba mirando el cielo, más de una vez en el día tropezaba, pero no importa.
Lukas, caminaba con los pies en la tierra. Casi nunca tropezaba. Caminaba de manera perfecta., si se aproximaba alguien, lo esquivaba. Si la vereda estaba rota, aunque diera un salto mortal, la pasaba sin que sus pies le fallaran.
Nora siempre chocaba con la gente apurada, estaba acostumbrada a reir y decir tímidamente 'discúlpeme...' y seguir caminando tal cual había comenzado.. mirando el cielo y relajadamente.
El día sábado Lukas caminaba rápidamente hacia el sur. Nora, hacia el norte. Ese día las nubes repletaban el cielo y no se veía nada especial, por eso Nora observaba los árboles mientras avanzaba.
Por primera vez su caminar perfecto falló.. Lukas chocó bruscamente con Nora. Ella rápidamente dijo 'Disculpa, es que estaba mirando...'
-No, fue mi culpa, perdóname tú a mí.- Poniéndose un poco nervioso.
-Oh, está bien... ¿viste que hermosas están las hojas de este árbol?
-'Sí, es decir, nunca las había visto. Pero ahora que lo dices...- Por primera vez mientras caminaba observaba los árboles y por primera vez chocaba con alguien y por primera vez vio a aquella muchacha.
- Vas con prisa- afirmó Nora, que ya no miraba el árbol. Miraba ahora directamente a los ojos de Lukas.
-No.
-Entonces, por qué caminabas tan rápido
-No lo sé- respondió mientras deseaba que la chica dejara de observarlo. No por antipatía, sino que porque estaba un poco incómodo.
-Bueno, supongo que hay que seguir caminando. Nos vemos luego.
-¿Nos vemos luego?- como sin entender.
-Sí.
-¿Dónde?
-No lo sé.
- ¿Y cómo puedes estar tan segura? Nisiquiera sabes mi nombre...
- Uhm... Te llamas Juan?
-No.
- ¿Alberto?
-No. Basta no me parece gracioso...
-Quiero adivinar, además, no estás apurado, ni yo tampoco... ¿Pedro?
-Pero...
-¡Tienes cara de Lukas!- gritó riendo Nora.
-¿Cómo supiste?
- Sólo lo supe... Nos vemos luego...
Lukas la tomó del brazo antes que comenzara a caminar nuevamente.
-¿Cómo puedes estar tan segura?- preguntó como temiendo no verla nunca más.
-¿Deseas volver a verme?
-Sí.
- ¿Entonces cómo no estás seguro de que mañana no pasarás por aquí mismo, a la misma hora, en la misma dirección, esperando que yo también camine mañana a esta misma hora, por este mismo lugar?
-Sí, estoy seguro de aquello...
-No preguntes más
-Pero, ¿cuál es tu nombre?
Nora ya había continuado su caminar mirando los árboles. Ahora se turnaba, había despejado, a momentos observaba el cielo y a ratos los árboles. Pensaba en Lukas.
Él caminaba de vuelta a su casa, ya había olvidado hacia dónde y por qué iba, ahora sólo pensaba en la extraña niña. Casi deseaba adelantar el tiempo hasta el día domingo a la misma hora y el mismo lugar.-

9.22.2007

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Puedo dejar de creer en Dios,
puedo dejar de creer en mi madre.
Y mi mundo continúa tal cual.

Puede el Invierno volverse Primavera,
puede cada capullo hacerse flor.
Y mi mundo cambia alegre.

Podría dejar de creer en las locuras,
podría dejar de creer en los duendes.
Y mi mundo se derrumbaría.

Y mi mundo se derrumbaría,
no sería yo quien escribe
no sería yo quien ríe
no sería yo quien salta

Será otra que olvidó
lo necesario para vivir
lo necesario para escribir
lo necesario para dibujar.


9.16.2007


Una Ciudad, en una Plaza, en un Juego, en un Niño, en un Globo...

8.25.2007

Hasta Lo Inesperado Acaba En Costumbre Cuando Se Ha Aprendido A Soportar.


Y cómo podría gustarle aquella situación a alguien. Levantarse temprano, coger lápiz y papel (hoja de respuesta le dicen) y ponerse leer obligatoriamente un facsimil, de obligatoriamente castellano, con textos obligatorios y frases obligatorios. Porque cada quien que desee estudiar en la gloriosa universidad, debe rendir obligatoriamente la prueba y obligatoriamente sacar un puntaje dentro de lo que dicen aceptable. Y pensaba en eso mientras leía sin poner atención, pero algo la capturó, un magnífico texto para una prueba como esta. Un pequeño texto donde se detuvo en una frase (fue tan bueno leerla), '...hasta lo inesperado acaba en costumbre cuando se ha aprendido a soportar', simplemente extraordinaria aquella verdad, se apresuró para leer el autor y no se sorprendió a al ver que era de Julio Cortázar (su escritor favorito o algo así) y así hubo 2 preguntas obligatorias en el majestuoso simulacro obligatorio de la prueba obligatoria que respondió con entusiasmo.

8.18.2007

Son Sólo Cuatro Centímetros


Pensaba que hablaba, escribía y decía locuras del tamaño del edificio que se asoma en tu ventana; entonces tú me dijiste:

Pero ese es chiquitito. -tomaste mi mano y proseguiste-. Si pones tus dedos índice y pulgar así -y pusiste mi mano de manera tal- ¿te das cuenta? Mide solo cuatro centímetros.

¡El edificio cabe en nuestras manos!- pude decir con asombro.

Sí y la ciudad también, sólo debemos mantener nuestras manos firmes.

Entonces pude ver como a cada momento nuestras palabras se hacen imcomprensibles para quien no tiene 4 centímetros de locura. Y que me alegro tanto de conversar así junto a tí; porque tú dijiste, es díficil. Díficil tratar estos temas locos, no todos saben hablarlos. Y claro, un día lo aprendes y si no lo practicas lo olvidas. Por suerte aquella noche te encontré ahí y cruzamos palabras, sino nunca hubiera aprendido bien y tú lo hubieras olvidado.

Por aprender lo casi olvidado, es que estoy felíz cada día de recibir un 'jelouuuuu'. Aprendí a valorar esos cuatro centímetros de edificio contigo QueNuncaEstás y comencé a buscar Hipogrifos con Bufanda, pintar murallas, actúar en películas de media noche, leer a Cortázar, escribir más seguido, tomar té chino, cucharear manjar, mensajes de canciones... en fin, hablar de buques y edificios (que no hay en la ciudad y que se asoman por tu ventana).





  • Para NuncaEstoy, en esta noche de locuras que trae recuerdos asaltantes de momentos hilarantes. Pero sin duda los mejores de los mejores, los que hacen sonreir con sólo recordar, los que no se quieren dejar, los de grandes cosas en cosas simples...
  • Y porque en el fondo tú escribiste esto, sólo lo tomé y adorné. Pero es tuyo, porque fuiste tú quien lo hizo así.

8.16.2007

T




Y quizá nos hacemos viejos. Viejos, pero no adultos, porque ¿quién querría ser uno?. Entonces el tiempo pasa, nos mira, se rie, y continúa; y nosotros ahí, como siempre. Y es en ese preciso momento cuando tenemos aquel tipo de conversaciones que añoramos de manera tal. Esas conversaciones que el tiempo estiró y nos volvió a entregar.


Y qué hacemos aquí una vez más con palabras en los labios y otras tantas en el alma. Y qué hacemos aquí esperando que el tiempo no pase, si bien sabemos que tu tiempo y el mio se agota y que tu tiempo no es mi tiempo. Y vuelvo a pensar que no sé que demonios quiero. Nuestros tiempos quizá vuelvan a coincidir.


Y es el tiempo quien me asusta, porque aunque lo digas y te suene tan convincente, el tiempo si avanza aunque tratemos de detenerlo y no me quiero retrasar y no me quiero arrepentir.


Y el mismo tiempo fue que nos juntó, pero ¿para vivir o revivir?


Cada Tarde


Todas las tardes caminaban, subían las escaleras y se subían al tercer vagón. Tres estaciones y se bajaban precisamente donde estaba la combinación, se despedían. Él tomaba la escala de la derecha, ella la de la izquierda. Al llegar al andén se encontraban uno frente al otro, esperando la llegada del metro que los acercara a sus casas. Se miraban, se reían, ella le sacaba la lengua y volvían a reír, llegaba el tren. Así era todas las tardes. Volvían a sus hogares.