8.16.2007

Cada Tarde


Todas las tardes caminaban, subían las escaleras y se subían al tercer vagón. Tres estaciones y se bajaban precisamente donde estaba la combinación, se despedían. Él tomaba la escala de la derecha, ella la de la izquierda. Al llegar al andén se encontraban uno frente al otro, esperando la llegada del metro que los acercara a sus casas. Se miraban, se reían, ella le sacaba la lengua y volvían a reír, llegaba el tren. Así era todas las tardes. Volvían a sus hogares.

1 comentario:

Anónimo dijo...

en la controversia de buscar la logica, la respuesta, quede perdida y mori sin encontrar nada mas que solo mi triste soledad desbordandose en mis entrañas, quizas busque mucho, quizas no consegui nada quizas estuve demasiado desquiciada como para sentir...